domingo, 23 de febrero de 2014

Ganador y finalistas "Leyendas Urbanas en la universidad"


Lo primero de todo agradecer a Delirio librería y comics haber confiado en nosotros y ofrecernos esos maravillosos premios.


Tras muchos días y deliberaciones, ya podemos anunciar un ganador y éste es (redoble de tambores)...

...

Raquel Moreno


Por el relato

Peter




Además de una mención especial para el primer finalista:


Héctor Puente. 

Por su relato




Enhorabuena al ganador y muchísimas gracias gracias a todos por participar. Pero aquí no queda la cosa, la siguiente lista es la de finalistas (por orden alfabético):


¿Estás entre los finalistas? ¿Qué opinas de los relatos de este año? Deja tus comentarios indicando cuáles eran tus preferencias.

 Muchísimas gracias por participar.

Si además os ha gustado estad atentos al blog porque dentro de poco comenzaremos otros concursos.

A continuación podéis leer la obra ganadora.

PETER



Permíteme contarte una historia, una historia basada en hechos reales, protagonizada por un alumno peculiar que en un solo día cambio toda su razón de ser: Peter.

Peter caminaba por la facultad de trabajo social, políticas, sociología  y adornos florales. En el campus abandonado de la mano de dios de Somosaguas. Había pasado mucho tiempo allí y ya no había nada que llamara su atención ni que le hiciera emocionarse. Cuando, irónicamente encontró una llave vintage tirada en el pasillo que daba a la biblioteca.

- Que típico una llave...- (oyente)
- Shhhh, presta atención a la historia- (narrador)

Peter, anonadado y fascinado por aquella llave quiso saber a donde pertenecía. En ella se apreciaban unas letras grabadas, “DINOSAURIOS” , que ofrecían la primera pista para encontrar algo determinado.

Peter pensó detenidamente y exclamo: - ¡las excavaciones del campus!- 

Corrió hacia los gigantescos hoyos que había detrás de la facultad, y disimuladamente, se metió en uno de ellos, como si desapareciera ipso facto. (En realidad resbaló y cayó de lomo).

Cuando se incorporo cogió su herramienta táctica para excavar, su cuchara recién robada del comedor. Cavó y cavó, pero en mitad de su tarea, la cuchara se rompió. Pero no le importó demasiado, ya que tenía un plan B. De su bolsillo derecho del pantalón izquierdo saco una cucharilla blanca de plástico. Y cavó y cavó hasta dar con algo muy duro: una pequeña caja de música con dos cerraduras. Una de ellas coincidía con su llave, pero le faltaba otra.

-Pero hay muchos hoyos excavados, ¿Acertó con el primero que se encontró?- (oyente)
- Sí, calla- (narrador)

En el cofre había dos formas en relieve, una era la forma de la llave que ya tenía, otra parecía un medallón. Peter volvió a pensar, y sus ojos se abrieron como platos, pues había hallado la respuesta: el medallón que le dio su madre. Sacó la reliquia familiar del bolsillo izquierdo del pantalón derecho,  y lo observó como si por fin hubiera entendido el significado de aquel objeto. Dentro del medallón había una inscripción: "Tienes macarrones para comer, te quiere. Mama". Su madre no dejaba de sorprenderle con sus regalos, esa misma tarde le preguntaría por qué le dio aquel extraño objeto, y por qué en general le daba objetos al azar sin ningún sentido; tal vez podría ser el inicio del síndrome de Diógenes; quien sabe...

Puso las dos llaves en sus respectivos lugares, y abrió la cajita. Dentro había varias cosas, como cartas que narraban la historia de amor imposible entre un empleado del Mcdonal y una empleada del burguer king; una barrita de tuosteno;  chicles; preservativos... Lo típico. Pero un objeto muy reluciente se asomaba por el fondo de la caja, una tiza dorada.

Su brillo le parecía familiar, él ya había visto ese color en otro sitio antes... ¡Las pizarras de las aulas del sótano!

Corrió con su cajita musical hacia el sótano, y buscó el aula 505 en lo más profundo de la facultad. En  ese me momento había clase, por lo que tuvo que espera 4 horas a que salieran todos para quedarse totalmente solo. Una vez que salieron todos, Peter, que se había quedado dormido en las sillas del pasillo, entro en la clase, verificando que nadie le había visto entrar, y cerró la puerta tras de si.
Se paró en frente de la pizarra, y agarró con decisión su tiza dorada. Pero simplemente hizo garabatos por toda la pizarra, entre ellos el dibujito de un mini pene, como no.

De pronto se detuvo en seco, la tiza de la pizarra empezó a despegarse de la misma, y a formar una densa nube de brillos dorados. Se reorganizaban y se posaban de nuevo en la pizarra, formado un nuevo dibujo, un mensaje. Peter quedó fascinado con ese maravilloso espectáculo de formas y brillos que se presentaba ante él. Sujetaba la tiza con fuerza, su tiza del destino, su tiza de oro, la tiza de las tizas, la tiza filosofal, la tiza para gobernarlos a todos… De pronto los polvos se asentaron por completo, dejando ver el majestuoso y enriquecido mensaje lleno de conocimiento y fundamento que la tiza albergaba en su interior:

“Escriba su nombre y apellidos:
Apellidos _____________
Nombre______________”

Peter, confuso, siguió las órdenes plasmadas en la pizarra, pero tuvo que borrarlo y empezar de nuevo porque había puesto su nombre en el apartado “apellidos”. Una vez lo consiguió, un pasadizo se abrió ante el a través de la pizarra, y Peter, aún estado un poco asustado, no podía evitar la curiosidad que en si mismo guardaba; por lo que entró con decisión. Avanzó por el pasadizo iluminado por antorchas y dio con una amplia y desordenada habitación con olor a humedad.

- Pero espera, el aula 505 está entre dos clases, entre pared y pared no habrá mas de 30 cm de grosor, ¿como puede haber un pasadizo?- (oyente)
- Oye chaval, o  dejas de sacarle pegas a la historia o llamo a la niña del pozo- (narrador enfadado)
- ... - (silencio del oyente)

En aquella habitación había varios objetos macabros,  como cadenas en la pared, bidones con símbolos radiactivos, varios huesos no humanos (y no parecían de ningún animal corriente), tubos de ensayo, mapas del tesoro, cientos de libros con moho, armarios, etc. Peter ojeó los armarios para ver si había algo de valor, pero todo parecía muy estropeado o sin importancia. Pero de pronto halló algo muy llamativo, una figura de una Geisha de 40 cm de alto con un paquete envuelto entre sus manos. Peter alargo el brazo para coger la pieza, pero pesaba demasiado, así que solo desenvolvió el paquete que parecía estar hecho con seda. Algo cambió dentro de Peter al ver lo que contenía el paquete, se estremeció, pero a la vez se lleno de alegría, de odio, de placer, de pena; pero sobretodo de ambición. Aquel objeto le atraía más que nada en el mundo, no podía separarse de el, y mucho menos dejar que otra persona lo encontrara…

Desde aquel entonces Peter quedó custodiando la habitación, siempre alerta preparado para arremeter con quien quisiera entrar y llevárselo, se lo guardó solo para él. Y  por ello, de vez en cuando, se escuchan crujidos, chasquidos y gritos de ira detrás de la pizarra del aula 505 del sótano; porque allí se encuentra, un ser corrompido y ambicioso, un ser torturado y complacido, por ese misterioso y desconocido objeto. Y te diré otra cosa más, yo sé su historia, yo sé qué le ocurrió, yo sé todo esto porque YO-SOY-PETER.

- Eso es imposible, ¿Cómo vas a ser Peter? ¿Cuántos años llevas aquí? ¿No se supone que Peter se quedaría para siempre con el tesoro?- (oyente confuso)
- Pero yo solo digo…-  (Narrador interrumpido)
- Todo esta mal, ¿Qué clase de historia es esta?- (oyente frustrado)
- Pero… yo… deja que….- (Narrador)
- No, no, no, es la historia más estúpida que he oído nunca, y bla bla bla bla bla – (Oyente con quejas)
- Ok… - (Narrador preocupantemente sereno)
- … - (niña del pozo)


FIN


Raquel Moreno

3 comentarios:

Sarkis dijo...

jajajaja me encantan los comentarios entre el narrador y el oyente!!

Por cierto, Peter es Peyo? xDDD

Genial relato!!

Costan dijo...

No tiene ni pies ni cabeza, pero mola infinito igualmente. :DDD

Jose dijo...

Qué ida de olla jajajajaja

Entretenidísimo, merecido el premio.